Ciudad Bolívar


Especial/Santiago
El año que ganó todo con el Barcelona, Lionel Messi perdió ayer su tercera final con la selección argentina y se despidió de la Copa América con un sólo gol, de penalti, y una nueva actuación deslucida.


El capitán de Argentina sólo mostró su genio en las semifinales de la Copa América y el resto del torneo fue intermitente, errático y estuvo muy lejos de su mejor versión, la del triplete con el Barcelona y la espectacular media de un gol por partido que logró durante toda la temporada con su club.
Messi ya se había quedado con la miel en los labios en la final de la Copa América de 2007 y en la del Mundial de 2014, hoy alargó su racha de sinsabores con la selección y se fue del Estadio Nacional de Santiago con cara de incredulidad.

Peores resultados obtuvo en Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y en la pasada edición del torneo sudamericano y sigue en deuda con la selección absoluta.
En la final contra Chile, Messi volvió a difuminarse, no consiguió zafarse del fuerte marcaje de Gary Medel y perdió muchas posesiones por retener demasiado el balón cuando pisaba las inmediaciones del área.
No tiró dentro de los tres palos en toda la final, tampoco tuvo demasiado tino en el pase, ni desequilibró, con algunas excepciones puntuales que, si bien es verdad, propiciaron las mejores ocasiones de Argentina.
La clase del '10' sólo apareció en el minuto 90, cuando lanzó un contraataque a la carrera y dio un gran pase a Lavezzi para que este centrara a Gonzalo Higuaín, quien llegó tarde por muy poco y remató por fuera de la red.
Fue de nuevo la versión más irregular de Messi, como la que se vio en los partidos de la fase de grupos, en la que tuvo altibajos ante Paraguay (2-2) y Uruguay (1-0) y tampoco hizo nada destacable contra Jamaica (1-0) en un partido que Argentina jugó andando.

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